"La Iglesia será llamada a curar las heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad" (Papa Francisco)

14 de febrero de 2015

Manifestadores

Sagrario de la Iglesia Parroquial de Bercianos de Vidriales



El Concilio de Trento (siglo XVI), en respuesta a los ataques de los protestantes, reafirmó con fuerza el Sacramento de la Eucaristía como presencia real del Señor en las especies del pan y del vino. Consecuencia de esa presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento es la adoración que se le debe como verdadero Dios. El cristiano, al comulgar, recibe realmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo pero, además, le debe dar culto.